Nos dimos cuenta de que Christina Aguilera estaba bastante mantequita hace bien poco. Y aunque a las semanas vimos que estaba más delgadita y rectificamos el hecho de llamarla “gorda”… ahora no puedo evitar hacer un comentario parecido al de entonces. ¿Qué le está pasando a Christina y a sus kilos de más? ¿Se habrá peleado con la báscula?
Vale que cada uno puede tener el cuerpo que quiera, y si ella ha decidido dejar de estar más flaca y darle vía libre a los rollos y a la celulitis pues, cada uno con sus decisiones. Pero lo siento, no puedo evitar no comentar sobre la piel de naranja que le adivinamos a través de sus mallas ajustadas. Bueno, es que no hace falta adivinarla, se ve así, a simple vista: celulitis y trasero, trasero y celulitis, todo un uno.
Pero esto de que su pompis esté tan blandito es de ahora. Porque hace unos meses la pillamos también en mallas en un época más veraniega y la verdad es que no le quedaban nada mal. Ni se intuían kilos de más de nada. Se veía que no estaba hecha un palo, pero tampoco es que daba vergüenza como el trasero que le vemos en estas fotos. Además de los mofletitos de la cara, que también son todo un poema.
Puede ser que, por aquel entonces, cuando todavía no estaba tan bolita, su novio Matthew Rutler le dijo que le encantaba cómo le quedaban esas mallas. Igual no le gustaban mucho, pero ya sabéis, lo típico de los hombres que te dicen que estás mona con cualquier cosa. Y ella cogió y se lo tomó tan literal que ahora ni se las quita. Aunque haya engordado 10 kilos y las magdalenas se le depositen en el pompis. Ella es feliz con sus mallas y su celulitis, una más de la familia.
Con él, con Matthew, estuvo paseando Christina buscando arbolitos de Navidad, que ahora que llega el día de la Inmaculada toca armar el belén y decorar la casa con motivos navideños. Y pensando en Navidad, roscón, turrones, asados… Me da a mi que no veremos a Christina más delgada hasta ya pasados finales de Enero. Es imposible adelgazar en estas fechas. Quizás ella se ha dado cuenta de eso y, aunque ha ganado unos kilillos, prefiere seguir feliciana por la vida con sus mollas y esperar a hacer dieta cuando toque la operación bikini, con los primeros rayitos del sol primaveral.
El celulítico trasero de Christina Aguilera en mallas.
Fotografía | www.thesuperficial.com
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