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Aquí todavía no ha llegado esa costumbre americana, pero al tiempo. Se trata del Black Friday, un viernes al año en el que se da el pistoletazo de salida a las compras de Navidad, y en el que se hacen ofertas increíbles durante todo el día. Desde el minuto 1 del día hasta las doce de la medianoche. Y todo el mundo va como loco a las tiendas para hacerse con una auténtica ganga. Entre ellos, nuestra querida Paris Hilton.
Que ser insultántemente rica no es excusa para perderse esas buenas ofertas, y hacerse con algo que salga bien de precio y nos permita ahorrarnos un pico comprándolos. Que no está el horno para bollos, y un ahorro es un ahorro. Así que la rubia heredera se decidió, se puso el modelito de ir a comprar y se fue a un concesionario de Ferrari, a ver si también ahí hacían ofertas.
El coche que le hizo tilín fue un Ferrari California Spyder, un modelo nuevo que ya lleva el año 2012 en su nombre. Y que además, se lo dejaron a un precio muy asequible. Apenas 300.000 dólares de nada. De nada para la chica, que salió del concesionario emocionada y contentísima con la ganga que había conseguido. Cualquiera no.
Hasta el sábado, no tuvo a su disposición el coche para dar una vuelta por Los Angeles, donde dicen quefue la envidia de todos los que la vieron al voltante de semejante máquina. Y los trabajadores del concesionario también se alegraron mucho de que le gustara el coche. El gerente del mismo se puso muy, pero que muy contengo, con la posibilidad de que uno de sus coches estuviera en manos de Paris. ¡La de publicidad gratis que les supondrá!
Ella, además, está muy emocionada, y antes de ponerse al volante de su nuevo coche, tuiteó lo bien que se sentiría en cuanto le diera a la llave de contacto. Ahora, la chica tendrá que decidirse qué coche va a usar para ir a trabaj de compras. Si uno de los dos Bentleys, el Lexus LF, el híbrido Scalade, el Range Rover o la nueva adquisición. Decisiones, decisiones…
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