La llegada al trono de Laura Barcelona ha sido un revulsivo para que vuelvan a aparecer por Mujeres y Hombres y Viceversa personajes de los que hacía mucho que no sabíamos nada. Es el caso de Abraham, que ha aterrizado en plató consiguiendo un gesto de desagrado de la nueva tronista.
Laura ha explicado que, cuando el tenista abandonó solo su trono después de que Elena descubriera que habían tenido un rollete, pensaba que, una vez fuera, al menos podría tener una conversación con él. No sólo no la tuvo sino que coincidieron en varias ocasiones y él no le hizo ni caso.
La de Barcelona ha explicado que es muy amiga de Nacho, el gran amigo de Abraham, y que incluso un día fue a la playa con ellos. El tenista no sólo ni le dirigió la palabra sino que se puso al otro lado del grupo para no tener que hablar con ella. Abraham, consciente de que actuó como un crío, le ha pedido perdón y ella no ha podido disimular que le chico le sigue gustando.
Sin embargo, Abraham no quiere pretender a Laura (yo creo que nunca le gustó) así que no se ha sentado entre sus chico. La que sí que ha conseguido una cita –fuera de cámaras- con él, ha sido Astrid, que ha confesado que le gustaba el tenista, y él ha aceptado, aunque diría que no pegan ni con cola.
Laura ha hecho más confesiones, como la de su rollete con Jacobo Ostos, un chico del que ha hablado maravillas asegurando que “me trató muy bien aunque fue algo breve”, aunque también dijo que “caí” en referencia por qué se lió con él. Vicente ve en ese rollo un intento de Laura por hacerse famosa y las sospechas comienzan a caer sobre la tronista.
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