Ya no hacen las Princesas como antes. Eso es lo que deben haber pensado los niños que esperaban la visita de una encantadora dama, con un vestido precioso, lleno de pedrería y una tiara de oro y joyas en su rubio y cuidado cabello. En lugar de eso, quien apareció fue una chica bastante normalita, vistiendo unos vaqueros y un sueter, bonito, pero normalucho. Así, de esa guisa, llegó la princesa Kate al Aula de Arte.
Se trata de una actividad de caridad de las que patrocina la Princesa, y que sirve de terapia a través del arte para niños. Está ubicada en la Escuela de Primaria Robert Blair, donde había cierto revuelo esperando a la esposa del Príncipe Guillermo de Inglaterra, y los peques estaban todos emocionados por el encuentro. Las mamás también, pero esa es otra historia.
La Princesa Kate llegó por la mañana a comprobar como funcionaba la institución y como se trataba deuna visita privada y no oficial, decidió ir vestida de manera muy informal y de ir por casa. Para sorpresa de los peques que le esperaban en la puerta. En su particular mundo de fantasía, todos esperaban a una princesa de cuento, tal y como la habían visto en la tele, el día de su boda.
Los niños se miraban extrañados, y alguno de ellos comentó que “no se parecía a una princesa”, mientras que otros inquirían a sus profes acerca del vestido que, suponían, debía llevar. Pero eso no les detuvo, y varios de los niños incluso se acercaron a ella para saludarla, darle un besito en sus reales mejillas y hasta charlar un poco con ella.
Todos quedaron encantados, pese a la falta del atrezzo adecuado, con la princesa, y los más mayores, que se fijan en todo, incluso llegaron a decir que parecía más delgada en vivo que lo que aparentaba en las fotos. ¿Elogio o crítica? Pues con estos niños, nunca se sabe…
1 comentarios:
Esos niños no merecien desilusion, pobres
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