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Algunos dicen que es la mujer más hermosa del mundo, y aunque a mí eso me parece una exageracióny algo que no se acerca ni de lejos a la realidad, sí que es verdad que la rubia Rosie Huntington-Whiteley tiene una cara bonita y un cuerpo para mirar. Pero ella, que no se lo tiene nada creído, ha contado que no siempre ha sido la escultural mujer que conocemos hoy.
Hace diez años, ella tenía 15 y su carrera como modelo quedaba todavía muy allá, perdida en el horizonte, y era ella misma la que no se sentía nada guapa. Hasta el punto de pensar que ella era como Betty la Fea, pero la de la versión estadounidense. El personaje interpretado por America Ferrara tenía, al parecer, mucho que ver con ella en esos momentos.
Yo acudía a los castings con coletas, una tonelada de maquillaje, las cejas depiladas y hasta llevaba aparato en los dientes. - Rosie Huntington-Whiteley (Traducción Libre)
Curiosamente, alguien debió de ver algo ahí, en ese esperpéntico equipamiento, porque al cabo de unos años acabó siendo el rostro que daba imagen a Burberry y el cuerpo que vestía la lencería de Victoria’s Secret. Algo habría debajo de todo ese maquillaje que iluminó a alguien del departamento de marketing de esas dos grandes empresas.
Pero la fama cuesta, como decía aquella maestra del arte del bailoteo, y aunque su confianza ha subido como la espuma, a medida que subían sus posibilidades, y ahora que es hasta actriz, o algo así, tiene un precio que pagar en las fiestas a las que acude.
Siempre hay algún momento, cuando suena una gran canción, que alguien dice ¡Haz el paso de pasarela, Rosie! Y yo estoy como “No, no, no”. Entonces, como a regañadientes, me levanto y hago mi pequeña cosa. Es como mi truco en las fiestas. Siempre consigue aplausos. - Rosie Whiteley-Huntington
Vía | www.usmagazine.com
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