Cuando uno come poco y pierde la costumbre de tomar alguna que otra copilla, la facilidad para cogerse una borrachera de aúpa se multiplica por 10. Quiero pensar que es eso lo que ocurre en Acorralados y no que la organización riega a sus concursantes con botellas y botellas para ver si así se desmelenan un poco y animan un concurso que se muere por momentos.
Los participantes del reality ganaron la última prueba que les dio derecho a una comida italiana: pizzas y lambrusco. La cara de felicidad de cada uno de los concursantes hincando el diente a la pizza habla por sí sola, pero si algo les dio alegría, fue el lambrusco.
En pocos minutos, acabaron todos bailando. Raquel Bollo fue una de las más entregadas al bailoteo, tanto que ni siquiera se dio cuenta cuando casi pierde los pantalones y nos enseñó unas braguitas muy poco favorecedoras en primer plano. Úrsula le siguió el ritmo, pero para desgracia de sus fans, no enseñó nada.
La Miss fue, sin duda, una de las más perjudicadas y es que acabó rodando por el campo junto a Blanca de Borbón, la que nunca falta cuando se habla de borrachera. Luego se quejará de que la critican por sus fiestas etílicas…
Algo de relax no ha venido mal a la Casona y mucho más tras el regreso de Mª Ángeles Delgado que ha avivado los malos rollos, sobre todo con Liberto que reniega de ella después de que le acusara de ser el artífice de los rumores de un pacto entre Nagore y Escassi para repartirse el premio.
Vía | www.telecinco.es
0 comentarios:
Publicar un comentario