Los humedales temporales mediterráneos están catalogados como hábitats prioritarios de conservación en la Unión Europea por su elevada biodiversidad y sus graves problemas de conservación. Su presencia de forma aleatoria en el territorio, permite la presencia de especies de fauna y flora muy interesantes. Benefician en general a la fauna, pues actúan como puntos de abrevadero en territorios que se caracterizan por la ausencia de agua en superficie y destacan por su importancia como punto de reproducción para los anfibios, que están considerados como el grupo de vertebrados más amenazado a nivel global.
El proyecto RESTAURACION Y RECUPERACIÓN DE PEQUEÑOS HUMEDALES EN LAS ZEPAS Y LICS DE LA SIERRA DE LA ALMENARA, MORERAS,CABO COPE Y CABEZO DE LA JARA, iniciativa de AHEMUR (Asociación Herpetológica Murciana), cuenta con la financiación de CAJAMEDITERRÁNEO (CAM), dentro del programa de voluntariado ambiental VOLCAM en su convocatoria de 2011. Pretende destacar la importancia de estos ecosistemas y la puesta en marcha experiencias concretas de conservación y restauración.
Las Sierras de la Almenara, Moreras, Cabo Cope y el Cabezo de la Jara han sido declarados como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) en base a sus destacados valores ambientales y por la presencia de especies amenazadas de flora y fauna. Situadas en el suroeste de la Región de Murcia, sus registros pluviométricos se encuentran entre los más bajos de toda la península (menos de 300mm anuales) y la disponibilidad de agua en superficie es muy limitada. Los escasos puntos de agua naturales o seminaturales existentes presentan problemas de conservación por el abandono de los sistemas tradicionales agrícolas y ganaderos y la consiguiente colmatación e invasión por vegetación terrestre oportunista. Su mantenimiento es fundamental para la supervivencia de las 5 especies de anfibios presenten en esas zonas, sapo corredor (Bufo calamita), sapo común (Bufo bufo), rana común (Pelophylax perezi), sapo de espuelas (Pelobates cultripes) y sapillo moteado común (Pelodytes punctatus). Precisamente aquí se encuentra el borde suroriental de la distribución peninsular para estas especies, y las poblaciones presentes en ellas son muy interesantes, pues se han adaptado a condiciones ambientales poco favorables para los anfibios (aridez y baja humedad ambiental).
Los voluntarios de AHEMUR llevan a cabo trabajos de catalogación de los humedales localizados y han puesto en marcha acciones para la conservación y restauración. También analizan sus poblaciones de anfibios, por la importancia que tienen como bioindicadores de la salud del medio natural. Asimismo quieren fomentar la participación de la población local, para lo que llevan a cabo acciones divulgativas y se han puesto en contacto con propietarios de fincas y vecinos del entorno.
Desde AHEMUR se valora muy positivamente la implicación de la obra social de la CAM en este proyecto pionero de conservación.
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